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Arquitectos: Nobuo Araki
- Área: 7142 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Shimizu Ken
Esta casa de dos pisos se encuentra en una zona densamente poblada en Setagaya, Tokio. Este es el segundo edificio de una unidad residencial desarrollada por los mismos clientes, un matrimonio de 60 años. Los arquitectos diseñaron su primera residencia en el año 2004. A medida que aumentaron los miembros de la familia, tuvieron que expandir la propiedad. Afortunadamente, el espacio aledaño a la casa quedó vacante y la segunda residencia fue construida ahí. Aunque el sitio está cerca de una carretera principal, es relativamente tranquilo y silencioso.
Cuando se construye una casa en una zona densamente poblada, se plantea la cuestión sobre si procede o no tener ventanas hacia el exterior, ya que puede dar una sensación de amplitud, pero sacrifica cierto grado de privacidad. Hemos decidido no tener grandes ventanas hacia el exterior. A primera vista, la vivienda, la construcción cúbica parece un poco separada de los alrededores, sin embargo, una vez dentro, es muy abierta y aireada, ya que una parte del techo se abre hacia el cielo.
Cada planta del edificio es abierta, sin subdivisiones. En la primera planta, la entrada sigue el espacio de vida sin diferencia de altura, con el objetivo de asegurar la accesibilidad futura de la pareja. En la segunda planta está el salón / comedor, que es lo suficientemente grande para que las tres generaciones de la familia se reúnan. La amplia sala con techo plano está equipada con un sistema de cocina minimalista con ventilador de tiro descendente que se retrae cuando no está en uso.
Un porche en la entrada caracteriza a esta segunda residencia: el zócalo se levanta y sobresale del edificio en la zona de la entrada para generar una banca. El espacio está protegido por el techo y los muros, pero al haber una abertura en el techo, siempre hay luz y el aire. El porche es un vacío en la casa cúbica que se abre hacia dentro y hacia afuera, conectando la residencia principal con la segunda casa, así como con el contexto. Sin romper la armonía del medio ambiente que rodea la casa, la presencia de la banca podría ser un rompehielos para la relación entre la familia y la "sociedad". Sentados en la banca, la pareja puede relajarse durante el día, funcionando casi como una banca del parque, pero en un espacio más íntimo.
Aunque a primera vista el edificio parece estar aislado del mundo exterior, el espacio íntimo del porche es abierto y acogedor, creando una relación íntima entre las familias, las casas y la sociedad...